domingo, 30 de enero de 2011


¿Cómo se corta el karma? ¿Cómo se sale del sufrimiento, de la mentira social, de la imposición mundana, de la autogratificación efímera, de la adicción contínua, de la necesidad, del odio, de los recuerdos del pasado que no se superan, de los miedos al futuro y de las depresiones de todo tipo?

¿Cómo logramos que nuestros pensamientos, palabras y acciones no generen reacciones que vuelvan a nosotros continuamente? ¿Cómo escapamos de esta rueda que parece no tener fin?

La respuesta es tan sencilla, que hasta a veces asusta... Amando, amando, y amando.

Nos parece insólito, leer esto, escucharlo, porque suena tan simple que en seguida la mente trata de colocarse en una posición de superioridad con todo su bagaje de conocimientos y sus curriculums y sus años de mundo y relaciones, y opina que no. Que no puede ser tan simple la ecuación de una vida, o incluso más, que si de amar se trata, eso es lo que hemos estado haciendo, y sigue la trampa, el engaño, la ignorancia de llamar amor a lo que hemos estado viviendo y que de amor, genuino, incondicional, verdadero, no tuvo nada.

Fueron distintos estados de negociaciones y condicionamientos, de provechos, de carencias, de buenas intenciones, de sacrificios sufridos, de concesiones, de exigencias, de todo lo que se nos ocurra, pero de amor, nada.

El amor no tiene pasado ni futuro, no analiza, no opina, no juzga, no compara, no exige, no ordena, no mendiga, no impone, no ruega, no necesita, no limita, no culpa, ni siquiera perdona.


Miren que fuerte esto, el amor no perdona, ¿por qué? porque simplemente, totalmente, incondicionalmente ama. No necesita perdonar para amar, ya que ama directamente. Por eso se dice que quien perdona, todavía no ama en plenitud, tiene el ego herido, ve la diferencia, la separación, pero con un cierto discernimiento, decide ir superando sus miserias mentales y emocionales, y empieza a perdonar, lo que de por sí, ya es un gran logro.

Pero confundir perdón con amor es seguir manteniendo la mentira.

El amor, es amor, y no otra cosa. Basta de disfraces, de ocultamientos, nadie debería engañarse más a sí mismo. Ya nos pasamos engañando al mundo, pero es hora de entender que fuera de nosotros no hay refugio. Nadie escapa de sí mismo.

Si nos amamos, amamos de verdad, sin subterfugios ni fantasmas de la mente, ni residuos del pasado, ni neurotransmisores hechos pelota, de tantos golpes recibidos y que es hora de arreglar para siempre, sin tantas cicatrices, que ya tienen que cauterizar definitivamente, si amamos, lo que somos, lo que es el otro en su esencia mas allá de todo nombre y forma, si amamos, la existencia, la creación, la conciencia, el alma universal, ya esta todo ahí.

Cuando amamos no dañamos a otras formas de vida, que son otras formas de nosotros mismos en distintos cuerpos y por ende no hay que volver a experimentar lo que hemos causado. Cuando nuestros pensamientos, palabras y acciones son luz, y no odio, son amor y no perjuicio, son paz y no miedo, ya estamos aptos al divino viaje de egresados, y no repetimos más materias que nos atan a sufrimientos residuales.


Toda naturaleza es un anhelo de servicio.
Sirve la nube, sirve el viento, sirve el surco.
Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú;
Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú;
Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, acéptalo tú.
Sé el que aparta la piedra del camino, el odio entre los corazones y las dificultades del problema.

Hay una alegría del ser sano y la de ser justo, pero hay,
sobre todo, la hermosa, la inmensa alegría de servir.
Que triste sería el mundo si todo estuviera hecho,
si no hubiera un rosal que plantar, una empresa que emprender.

Que no te llamen solamente los trabajos fáciles
¡Es tan bello hacer lo que otros esquivan!
Pero no caigas en el error de que sólo se hace mérito
con los grandes trabajos; hay pequeños servicios
que son buenos servicios: ordenar una mesa, ordenar
unos libros, peinar una niña.
Aquel es el que critica, éste es el que destruye,
tu sé el que sirve.

El servir no es faena de seres inferiores.
Dios que da el fruto y la luz, sirve.
Pudiera llamarse así: "El que Sirve".

Y tiene sus ojos fijos en nuestras manos y nos
pregunta cada día: ¿Serviste hoy? ¿A quién?
¿Al árbol, a tu amigo, a tu madre?


Gabriela Mistral
(Escritora Argentina)

sábado, 15 de enero de 2011




-Dónde debo buscar la iluminación?

- Aquí

- Y cuándo tendrá lugar?

- Está teniendo lugar ahora mismo...

- Entonces ¿Por qué no la siento?

- Porque no miras...

- Y en qué debo fijarme?

- En nada. Simplemente mira...

- Mirar qué?

- Cualquier cosa en la que se posen tus ojos...

- Y debo mirar de alguna manera especial?

- NO. Bastará con que mires normalmente.

- Pero ¿No miro siempre normalmente?

- No.

-¿ Por qué?

- Porque para mirar tienes que estar aquí, y casi siempre no lo estás!
Un pájaro no canta porque tenga una respuesta.
Canta porque tiene una canción.

Proverbio chino .-

viernes, 14 de enero de 2011


Las personas son irrazonables, inconsecuentes y egoístas,
AMALAS DE TODOS MODOS.

Si haces el bien, te acusarán de tener oscuros motivos egoístas,
HAZ EL BIEN DE TODOS MODOS.

Si tienes éxito y te ganas amigos falsos y enemigos verdaderos,
LUCHA DE TODOS MODOS.

El bien que hagas hoy será olvidado mañana,
HAZ EL BIEN DE TODOS MODOS.

La sinceridad y la franqueza te hacen vulnerable,
SE SINCERO Y FRANCO DE TODOS MODOS.

Lo que has tardado años en construir puede ser destruido en una noche,
CONSTRUYE DE TODOS MODOS.

Alguien que necesita ayuda de verdad puede atacarte si lo ayudas,
AYUDALE DE TODOS MODOS.

Da al mundo lo mejor que tienes y te golpearán a pesar de ello,
DA AL MUNDO LO MEJOR QUE TIENES DE TODOS MODOS.

Un simple abrazo nos enternece el corazón; nos da la bienvenida y nos hace más llevadera la vida.
Un abrazo es una forma de compartir alegrías... así como también los momentos tristes que se nos presentan.
Es tan solo una manera de decir a nuestros amigos
que los queremos y que nos preocupamos uno por el otro
porque los abrazos fueron hechos para darlos a quienes queremos.
El abrazo es algo grandioso.
Es la manera perfecta para demostrar el amor que sentimos
cuando no conseguimos la palabra justa.
Es maravilloso porque tan sólo un abrazo dado con mucho cariño,
hace sentir bien a quien se lo damos, sin importar el lugar ni el idioma.

Así crece el amor: dando amor sin esperar cuánto puedes recibir a cambio.
Si recibes llega mil veces más grande de lo que diste, pero de una forma natural.
No hay que exigirlo.
Cuando lo exiges, no viene.

Cuando lo exiges, lo has matado.